¿Cómo debe ser administrada una gran fortuna para preservarla, acrecentarla y legarla en herencia a la descendencia? Inevitablemente, estas preguntas se suman en algún momento de la vida a los interrogantes que se hacen los empresarios PyMES, sobre todo si gestiona un patrimonio familiar significativo.
En Argentina más del 80% de las empresas son familiares. Por eso, esta inquietud está muy extendida entre los ejecutivos y da pie, como en otros países del mundo, a la existencia de una actividad profesional específica, denominada, literalmente, “administración de grandes patrimonios”, que puede hacerse en forma separada o como parte de un esquema más general de servicios de consultoría financiera.
En nuestro país, el servicio de administración de grandes patrimonios es principalmente requerido por familias empresarias.
Por patrimonio debe entenderse el conjunto de bienes y dinero que conforman la riqueza de una persona. La determinación del monto que lo convierte en un “gran patrimonio” puede variar en cada país. Pero en particular cambia en función de clasificaciones internas de la propia compañía especializada en la materia.
Para poder brindar asesoramiento financiero se requiere estar matriculado en la Comisión Nacional de Valores (CNV), que exige rendir un examen de idoneidad a fines de acceder a esa habilitación.
Respecto a las demandas y requerimientos sobre este tipo de servicio financiero, hay un mix que va desde quienes demandan estrategias para ajustarse a la normativa impositiva en forma protectiva hasta los que toman la gestión de instrumentos de inversión en favor de preservar y acrecentar el patrimonio.
También hay personas que necesitan planes para las futuras generaciones de la familia.
Pero lo que más se observa últimamente es la búsqueda de seguridad jurídica, debido a la fuerte inestabilidad en el mercado local. La falta de reglas de juego claras, una presión fiscal en ascenso, y principalmente la particularidad de contar con una actividad empresarial fuertemente arraigada en el país, llevan a diversificar con el objetivo principal de proteger el stock ya acumulado.
La pandemia impactó también en la planificación de las empresas. En el caso de las empresas, muchas suspendieron sus planes de expansión ante la incertidumbre reinante. Ello significó que, en muchos casos, se encontrarán con un capital extra para administrar. Nuestro rol como asesores, es poder acompañar en forma consistente a las compañías en la administración y apoyarlas en la toma de decisiones estratégicas en un escenario de gran incertidumbre.
En este contexto, las posibilidades para preservar valor e incrementar patrimonios son infinitas.
Algunas sugerencias
El contexto global atenta contra las posiciones conservadoras, si por ellas entendemos, por ejemplo, los instrumentos de renta fija.
Estamos ante un cuadro global definido por una mega inyección de liquidez que tiene una contraparte de riesgo inflacionario.
Los bonos eran tradicionalmente los preferidos por este tipo de inversores con perfil más hostil al riesgo.
Pero el riesgo de suba de tasa de interés empuja a este tipo de inversores a incorporar un riesgo que habitualmente no tomarían.
Es así como carteras de inversión con un perfil moderado tienen hoy un alto porcentaje de activos de mayor riesgo, como renta variable.
En mercados alcistas esto no es un problema, porque seguramente la tendencia a la suba continuará al menos para este año. Sin embargo, el riesgo de burbujas en el precio de los activos cada vez toma más fuerza.
¿Qué se impone?
La volatilidad ante la incertidumbre global hace hoy que las notas estructuradas sean un importante componente en los portafolios. Se trata de híbridos entre renta fija y variable, entre 1 y 5 años de duración con interesantes cupones de rendimiento (7% al 10% anual) y barrera de protección del capital que oscila entre el 60% y 80%.
Hoy es uno de los productos que más se están trabajando.
Los ETFs (Exchange Traded Funds), también se están incorporando a las carteras, en reemplazo a los tradicionales fondos de grandes gestoras. Commodities, tecnología, y sectores disruptivos (5G, inteligencia artificial, energías renovables) son los sectores preferidos. Dentro de cada sector hay muchas opciones de ETFs que hay que elegir cuidadosamente teniendo en cuenta una serie de parámetros, como ser volumen, número de activos, costos, flujos, entre otros.
Tips para patrimonios más elevados
Si tomamos el caso de, por ejemplo, carteras superiores a los u$s 4.000.000, se pueden armar fondos dedicados de gestión.
Se trata de estructuras flexibles de administración activa donde la familia, o bien la empresa, participa en el armado de la estrategia de inversión que luego es ejecutada por un equipo externo e independiente de la estructura empresaria/familiar.
En este tipo de volúmenes existen una serie de ventajas que lo vuelven particularmente atractivo: optimización en la estructura de costos, participación del comité de inversiones y seguimiento a medida del cliente.
* Por Regina Martínez Riekes
La autora es fundadora y directora ejecutiva de Amauta Inversiones